Es el sábado 6 de febrero, el día se levanta soleado contra todo pronóstico, y empiezo a tener esperanzas en no acabar como una uva pasa por un aguacero. Efectivamente, cuando llego con una amiga a L'Infiestu a las 15:00 (lo sé, algo justa), el viento es fuerte y algo frío pero el cielo sigue despejado. Llegamos a la plaza de L'Infiestu y todo está ya preparado, hay varias casetas ordenadamente numeradas para recoger los dorsales, la cola va rápido: nombre, DNI y ya tengo dorsal, chip y ticket de merienda en mano. Eso es todo, porque la inexistente bolsa del corredor es eso, inexistente. Pero eso sí, el DNI se queda allí, a buen recaudo entre estudiantes desbordados de papeles y con un buen lío de dorsales, que en más de una ocasión tuvieron que intercambiarse debido a algún lio de papeleo, pero sin mayor contratiempo.

15:50, el dorsal en el pecho, el chip bien enganchado, caliento un poco y me hago un hueco en la plaza; reconozco caras y grupos conocidos entre los casi 300 valientes, los nervios se notan en el ambiente junto a las jovencísimas voces de los locutores.

4 en punto suena el pistoletazo de salida, yo, siendo novel y andarina como soy, me quedo en la cola y evalúo mis fuerzas. No conozco el recorrido, sólo que la subida es pindia y la bajada corredera. La salida, como siempre, cuesta arriba, pulsaciones a tope nada más salir, luego algo de llaneo y vuelta a las subidas, espectacular recorrido con algo de pista, pocas vistas pero mucho campo a través y pocos sitios para recuperar la compostura. Cuando el cuerpo está caliente empieza a subir de forma vertiginosa, ¡cómo me acordé de mis compañeros cuando me preguntaron si llevaría palos! En eso no les hice mucho caso, pero en llevar un botellín sí, y menos mal porque tuve que echar mano de él en varias ocasiones mientras recobraba el aliento. Pero no era todo subida, también algún falso llano, y algo de bajada; lo más corrible para mí al final, cuando ya me pesaba el culo y las piernas pero que pude mantenerme gracias a los entrenos por el muro con mis compis.

En resumen, trail prestoso, perfecto como entrenamiento para los avanzados y como reto para los nóveles, tiene desnivel, diferentes terrenos, la bajada es muy corrible, y en general poco técnica (salvo por algún tramo de subida pero que tiene cuerdas para facilitar la tarea). Además la organización es amable, colaboradora y muy comprometida. La camiseta de recuerdo no se echa en falta gracias a la excepcional merienda que se organiza y los premios que se sortean. Eso sí, me hubiera gustado que volviesen a sortear los premios de los que no estaban allí para recogerlos ya que no queda claro cuál es su destino. Pero en definitiva. ¡No me extraña que pongan el cartel de completo!

Trail Cayon. 6 de febrero 2016 16:00 L'Infiestu
Perfil: foto
Distancia 12.5 km con 1600 metros desnivel acumulado
Miembros de Xixón Runners: Cova Martínez
Campeón absoluta: empaje de Rubén Álvarez y Carlos Sánchez (Mueve-t G. M. Moscón) 59:00 record de la prueba
Campeona femenina: Ana Cristina Aguado (G.M. Reinoastur Nembra), 1:15:13 record femenino

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Texto: Cova Martínez
Fotos: © Pedro Pablo Heres, Tano