Archive for noviembre 2017
II CAMPOFRÍO MARATÓN Y MEDIA MARATÓN DE BURGOS
Otro año más nos trasladamos Franox y yo a Burgos a correr esta carrera para la que nos habíamos estado entrenando todo el verano. Aún así mi meta era simplemente acabar, sabía que si me marcaba una meta más ambiciosa podía acabar pagándolo.
Es una carrera totalmente llana, que se hace en un circuito mayoritariamente urbano de dos vueltas, de 21 km cada una. Todo el recorrido está señalizado por conos y durante la carrera ha y una serie de voluntarios que van en patines ofreciendo reflex a los corredores.
La salida era a las 9 de la mañana y el tiempo acompañaba, 10 grados a la salida y despejado. En el tiempo que duró la carrera no pasó de 20 grados.
Llegamos con el tiempo justo, casi sin poder calentar dieron la salida. Si tenía la intención de salir despacio, para que no me pesara después, mi compañero me quitó la idea de la cabeza -” Vamos a 5'30” el kilómetro, hay que intentar bajar de las 4 horas”, y allí nos lanzamos como kamikazes aún sabiendo que al final lo íbamos a pagar.
Hasta el kilómetro 15 todo fue bien, la gente que te está viendo, que es mucha, te lleva en volandas; ayuda también que hay avituallamientos cada dos kilómetros, los primeros líquidos (agua y bebidas energéticas)., a partir del 18 también sólidos.
A falta de 5 km para pasar por la media decido bajar el ritmo, vamos a 5'20” y pienso que no voy a aguantar mucho tiempo así.
Con un “tú verás lo que haces” dejo marchar a Fran.
Paso la media en 1h 57. Aquellos corredores que han decidido hacer la media paran y tú te preguntas por qué no habrás sido uno de ellos, pero no hay vuelta atrás, bajo la cabeza y tiro.
Aún voy por delante del globo que marca el tiempo de las cuatro horas y eso me anima, a lo mejor consigo hacer un buen tiempo, voy bastante a gusto a un ritmo de 5'40” y me pregunto cómo lo llevará mi compañero.
Kilómetro 30. Esa fue mi tumba el año pasado pero, aunque las rodillas empiezan a darme problemas sigo a buen ritmo. Quedan 12 kilómetros, malo será que no aguante este ritmo, voy a6 minutos el kilómetro.
En el 35 me coge el tío de las cuatro horas, va solo y me anima a que lo acompañe. Lo consigo durante 1 kilómetro y luego, me hundo. Las piernas ya no van, paro un rato a estirar y sigo. Los últimos 7 kilómetro un calvario. Voy a más de 7 minutos el kilómetro.
Volvemos a entrar en la ciudad después de un pequeño recorrido por las afueras, paso por delante de la catedral, allí vuelve a haber mucha gente animando.
Kilómetro 39, ya no queda nada pienso, e intento subir el ritmo. Último punto kilométrico, el 41, ya no tengo recuerdo de aquella parte del recorrido, y eso que la pasé hace poco más de dos horas, pero el cansancio te hace no tener las ideas muy claras. Han desaparecido los conos que marcaban el recorrido y además voy solo, en tierra de nadie. Como no podía ser de otra manera tiro por donde no es. Un coche viene detrás a avisarme y doy la vuelta. Lo que faltaba pienso, si ya son pocos 42 km encima me pierdo. Enfilo la última recta y por fin la meta. Miro el reloj, cuatro minutos más que el año anterior 4h 19'. Eso sí, en 43 km.
Allí está Fran esperando, él ha hecho 4h 06'. Eso es lo de menos pienso, he conseguido acabar la carrera, la segunda maratón de mi vida y estoy contento, y aunque me juro a mi mismo que será la última nunca se sabe, unos días después, cuando ya el sufrimiento de la carrera está olvidado, pienso que igual el año que viene pueda estar otra vez en Burgos corriendo y esperando, esta vez sí, conseguir acabar sin tanto sufrimiento. Habrá que prepararla mejor.
Si te gustó la crónica puedes dar me gusta a nuestra página de Facebook: Xixon Runners, twitter: @Xixonrunners, leer nuestras próximas crónicas en la dirección web: www.blogspot.xixonrunners.com o ver nuestras fotos en Instagram: Xixon_runners
(c) Texto: David Álvarez “Chiri”
(c) Fotos: Tatiana Vázquez
Es una carrera totalmente llana, que se hace en un circuito mayoritariamente urbano de dos vueltas, de 21 km cada una. Todo el recorrido está señalizado por conos y durante la carrera ha y una serie de voluntarios que van en patines ofreciendo reflex a los corredores.
La salida era a las 9 de la mañana y el tiempo acompañaba, 10 grados a la salida y despejado. En el tiempo que duró la carrera no pasó de 20 grados.
Llegamos con el tiempo justo, casi sin poder calentar dieron la salida. Si tenía la intención de salir despacio, para que no me pesara después, mi compañero me quitó la idea de la cabeza -” Vamos a 5'30” el kilómetro, hay que intentar bajar de las 4 horas”, y allí nos lanzamos como kamikazes aún sabiendo que al final lo íbamos a pagar.
Hasta el kilómetro 15 todo fue bien, la gente que te está viendo, que es mucha, te lleva en volandas; ayuda también que hay avituallamientos cada dos kilómetros, los primeros líquidos (agua y bebidas energéticas)., a partir del 18 también sólidos.
A falta de 5 km para pasar por la media decido bajar el ritmo, vamos a 5'20” y pienso que no voy a aguantar mucho tiempo así.
Con un “tú verás lo que haces” dejo marchar a Fran.
Paso la media en 1h 57. Aquellos corredores que han decidido hacer la media paran y tú te preguntas por qué no habrás sido uno de ellos, pero no hay vuelta atrás, bajo la cabeza y tiro.
Aún voy por delante del globo que marca el tiempo de las cuatro horas y eso me anima, a lo mejor consigo hacer un buen tiempo, voy bastante a gusto a un ritmo de 5'40” y me pregunto cómo lo llevará mi compañero.
Kilómetro 30. Esa fue mi tumba el año pasado pero, aunque las rodillas empiezan a darme problemas sigo a buen ritmo. Quedan 12 kilómetros, malo será que no aguante este ritmo, voy a6 minutos el kilómetro.
En el 35 me coge el tío de las cuatro horas, va solo y me anima a que lo acompañe. Lo consigo durante 1 kilómetro y luego, me hundo. Las piernas ya no van, paro un rato a estirar y sigo. Los últimos 7 kilómetro un calvario. Voy a más de 7 minutos el kilómetro.
Volvemos a entrar en la ciudad después de un pequeño recorrido por las afueras, paso por delante de la catedral, allí vuelve a haber mucha gente animando.
Kilómetro 39, ya no queda nada pienso, e intento subir el ritmo. Último punto kilométrico, el 41, ya no tengo recuerdo de aquella parte del recorrido, y eso que la pasé hace poco más de dos horas, pero el cansancio te hace no tener las ideas muy claras. Han desaparecido los conos que marcaban el recorrido y además voy solo, en tierra de nadie. Como no podía ser de otra manera tiro por donde no es. Un coche viene detrás a avisarme y doy la vuelta. Lo que faltaba pienso, si ya son pocos 42 km encima me pierdo. Enfilo la última recta y por fin la meta. Miro el reloj, cuatro minutos más que el año anterior 4h 19'. Eso sí, en 43 km.
Allí está Fran esperando, él ha hecho 4h 06'. Eso es lo de menos pienso, he conseguido acabar la carrera, la segunda maratón de mi vida y estoy contento, y aunque me juro a mi mismo que será la última nunca se sabe, unos días después, cuando ya el sufrimiento de la carrera está olvidado, pienso que igual el año que viene pueda estar otra vez en Burgos corriendo y esperando, esta vez sí, conseguir acabar sin tanto sufrimiento. Habrá que prepararla mejor.
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(c) Texto: David Álvarez “Chiri”
(c) Fotos: Tatiana Vázquez
lunes, 6 de noviembre de 2017