Primera carrera del año, primera carrera con el equipo Xixón Runners y primera carrera en la que, creo, que voy BIEN preparado.

El viernes quedada con el equipo, para conocernos en persona y repartir la nueva equipación. Toni Berges, Alejandro Campomanes, Cefe, David Fernández, Sergio Ramos, Cova, Paula, Vanessa, Chechu, Jose Carlos, Isma Vicki con foto conmemorativa de la que hubo que irse rápidamente por compromisos previos, con mis patrocinadores principales (La familia).

Llega el sábado y ya empiezo a notar mis nervios a flor de piel, vamos a la charla de nutrición, que ofrece PlantaSana, somos muy pocos pero aplicados. TODO lo hay que entrenar, desde los kilómetros, las cuestas arriba y abajo, pasando por los geles, sales, bebidas energéticas, hasta las comidas PRE y POST carrera. No hay secretos, entrenar, entrenar y entrenar.

BUENOS DÍAS, ha llegado el día de la carrera, lo tengo todo preparado del día antes, paseo por el parque con el chiquillo, para baremar la sensación térmica (FRÍO), un vistazo al radar, no hay grandes manchas de agua a la vista, menos mal.

Salimos de casa, en dirección a la zona cero o Camping de Deva. Nuestro vecino Milin, sale antes que nosotros (premonitorio). No nos sobra mucho tiempo, pero es suficiente. Unas fotos de prueba con la cámara, visita rápida al baño. Y empiezo a encontrar a conocidos, y a algunos que aún no conocía. Pablo Roberto, tras asesorarme para la Maratón de San Sebastián, me tuvo que soportar la charla nerviosa, durante un buen rato. Por suerte para él, la conciencia, (Bego) me obliga a dejar la conversación y centrarme en lo que tengo que hacer.

Me despido de la jefa con un beso y muchos ánimos de su parte y comienzo el calentamiento, unos vueltas trotando por el parking del camping, en donde, me empiezo a sentir como un profesional de las carreras (nada más lejos de la realidad). Pero es que había mucha gente a la que saludar y con la que compartir unas palabras de ánimo. Carlos, Eladio, Iván, Kdavieco, Pablo Ramos, Carmen, Sonia, no voy a seguir porque tengo que revisar la clasificación para no olvidar a nadie y sabéis que me lío y no acabamos hoy.

El GRAN Rubén Nembra, nos comunica que nos vayamos situando en la salida, y haya que voy. Coincido con Henar, luego viene Eladio, un poco delante vemos a Carlos, más adelante todavía a Sonia, Milin, Pablo Ramos, y muchas caras conocidas de las cuales no sé los nombres.

Nervios a tope, y SALIMOS.


Los primeros metros son como los de cualquier carrera, los que no están situados en su "zona natural", van ganando o perdiendo posiciones. Saludo a Begoña en la segunda curva y comenzamos la subida, aproximadamente un kilómetro de subida constante en el que ganamos unos 125 metros. Trato de seguir el ritmo de Eladio, pero juega en otra liga. Alcanzo a Carmen, la saludo y sigo, pero sé que ella, hoy, está en otra guerra. Me alcanza Rascayú, me saluda y lo veo sobrado, le doy unas indicaciones de la carrera (la tengo estudiada), y le indico donde están Eladio y Sonia. Trato de seguir su ritmo y lo consigo, aunque a duras penas. Adelantamos a Sonia en las pistas de enduro, y Rascayú me deja rápidamente atrás, él va sobrado y yo aún no lo sé.


Pasamos rápidamente la "zona nueva" de la edición de este año, y encaro sin demasiada espera la "bajada de la alcantarilla". Aquí siempre dudo de si me caeré yo y tiraré a alguien, o, alguien se caerá y me tirará a mí. Por suerte, nunca acierto.

El tramo de asfalto es corto pero todos lo aprovechamos para ir a tope, se nota que acabamos de salir y necesitamos temperatura en las piernas. Giro a la izquierda y comenzamos la ascensión a Deva.

En 2.5 kilómetros, vamos a subir 335 metros, y no sólo eso, sino que el firme será de todo, menos firme. Hay mucha agua, no barro, agua. Y los pies los tienes sumergidos paso sí, y paso no. Hace frío, que tampoco ayuda. Sin muchas retenciones, y a ritmos cambiantes, y con algún resbalón inoportuno (véase foto, "Saluda al fotógrafo y resbala", de Alejandro Campomanes, y protagonizada por mi) vamos llegando al Observatorio de Deva.


Con un ritmo digno de asfalto, bajo hasta el primer avituallamiento donde los voluntarios nos dan ánimos e indicaciones, aunque, muchos sabemos lo que viene ahora. La Subida al depósito de agua.

Troto por el asfalto en subida y me dejo llevar en la bajada hasta llegar a los pies de la subida de hormigón, ya la he hecho corriendo sin parar, hasta el barro, pero hoy no es día para tonterías, el firme está mal, la trazada es casi la misma para todos, y empiezo a aprender algo. (Apuntado para la próxima) Si la temperatura corporal, no es la "correcta" los músculos no trabajan adecuadamente. Así que enfoco en los Salomon rojos del que tengo delante y agacho la cabeza. Me digo a mi mismo: "Recuerda Pajares; Un pie y luego el otro, sin parar".

Aquí tenía refuerzo moral, Begoña estaba sacando fotos en el linde del sendero de subida. Que ella esté siempre cerca, y ayudándome, vale más que el oro, sobre todo, para mi moral. En la siguiente curva entre la moral y el viento del norte frrrrío que nos empujaba corro un poco, pero las piernas me pesan, no responden como esperaba, pero me armo de paciencia y sigo adelante. Al ver que no consigo correr en la subida, comienzo a mirar a mí alrededor. Veo a David, un antiguo compañero de trabajo, y comienzo a charlar con él, no me ayuda a mejorar el ritmo, pero así mi cabeza no atrae a los fantasmas.

La subida al Fario, es, de lo mejor de toda la carrera. Tanto para correr, si tienes fuerzas; como para disfrutar, si vas despacio. Un sendero muy ancho, rodeado de un frondoso pinar, y en días como este, con ese aura fantasmal que le otorga la bruma. Lo bueno es que no es "fácil" llegar y no viene mucha gente que lo pueda estropear.


Charlando y disfrutando, hemos llegado a Paragüezos donde tenemos una bajada que, a mí, me da más alas que un Red Bull. Me tiro cuesta abajo, sin mesura, lo gozo, la bruma me hace llorar de frío. No es que baje sin mirar, es que bajo sin ver. A lo loco!!! No intentar en casa. XD

Al llegar abajo, oigo un corredor dar un grito a mis espaldas. Me giro le pregunto pero, me dice que no es grave, sólo una torcedura leve, lo compruebo con un vistazo rápido (en caliente todos somos muy gallos), no parece grave. Los que me seguían recuperan rápidamente los metros que les gané bajando.

Trato de correr un poco más subiendo la siguiente loma, no lo veo claro, empiezo a notar que ahora los árboles ya no nos protegen de un viento del norte, que me atraviesa, ya no me siento tan seguro de poder hacerlo tan bien como quería. Alejo los fantasmas con mi mantra, "Un pie, el otro, un pie, el otro..."

Llegamos a la altura de una voluntaria, (morena, de pelo corto) y le pego un grito, para calentarme la garganta y darle ánimos, ya que parece, que lo está pasando mal por el frío. Nos contesta con un: "Tener cuidado por aquí, que yo subí antes y parece un río". Para mis adentros pienso que eso lo dice porque no ha visto de donde venimos. A veces, soy idiota, lo reconozco.

Los siguientes 500 metros del recorrido, no tengo ni idea de donde puse los pies, ya que sólo vi agua, por todas partes. Este frío ya no sale sólo con dar más caña, pero lo voy a intentar. En la bajada hacia el 2º Avituallamiento, me vuelvo a poner las pilas, y, disfruto, que después de un rato sufriendo, lo necesitaba. Adelanto a varias personas y no paro hasta que el de Champion Chip me dice que tenga cuidado que resbala. YA?? Que cortas son las bajadas.


Bebo un trago de agua, cojo un plátano y sigo sin perder tiempo. Me he quedado sin batería en la cámara, (he perdido los últimos minutos de la bajada). No tengo manos para todo así que lo primero, es lo primero, me como el plátano mientras miro si tengo alguien alrededor.

Sorpresa, Chechu, de los XixonRunners está justo a mi lado. Charlo durante unos metros con él (no nos conocíamos, pero yo, charlo hasta con las piedras), lo veo un poco mejor que a mi mismo. Así que mientras yo trato de resucitar la cámara, el se me va unos metros. Trato de correr unos metros para ponerme a su altura, y empiezan los problemas.
Noto un fuerte pinchazo en el gemelo derecho, compruebo, sin suerte, que no me ha golpeado una rama. Suelto un par de injurias, pero, eso no me quita el dolor. Me pongo serio, llevo dos meses preparándome para hacerlo bien. Pienso, sólo es un músculo, tengo más, DA-LE, DALE, DALEEEE!!!

Uno metros por delante veo a otro corredor que parece que lo está pasando peor que yo, al llegar a su lado, lo miro para darle unas palabras de ánimo, y me encuentro que es Ignacio, otro compañero de los XixonRunners. Intercambiamos ficha médica, yo gemelo, él femoral. El dolor es un estado mental.


Comenzamos la bajada, hacia "La Casa Del Paisano", previa al hormigón y en esta no voy tan cómodo. Voy controlando no hacer tonterías con el gemelo a pesar de lo cual adelanto a algunos corredores. Doy los buenos días al paisano, y sigo bajando, esta vez con cuidado. Me pasan varios corredores, yo les aviso que no se emocionen, que el hormigón duele.

Llegamos al desvío con el que han tratado de recortar el sufrimiento del hormigón. Allí me encuentro doliéndose a varios de los que me pasaron bajando (no quiero decir os lo dije, pero.....), me sonrío y sigo a lo mío, que yo tampoco estoy para tira cohetes.

Tras un nuevo chapoteo por el barro nos desviamos nuevamente. Esta vez, es una bajada (preciosa) atravesando un pequeño bosque en la que disfruto como un enano ya que mi gemelo parece que se ha calmado. Tras salir del bosque, la bajada es menos técnica y llego rápidamente a la principal de Rioseco. Ultima subida y para casa. VAMOOOOS!!!


Llevo 2h 10m de carrera, calculo que los primeros ya van camino de las duchas, tengo que llegar antes de que se acabe el agua caliente o tendré que colarme en las cocinas y meterme el la pota del caldo. Veo a Begoña, sonrisa para la foto, pero voy jodido, me duele todo, y el gemelo izquierdo empieza a contagiarse del derecho. Tratar de correr es complicado, porque cuando parece que las piernas tienen temperatura, te encuentras con un charco que no puedes esquivar y te mete otra vez el frío en el cuerpo.

Me junto con un grupo que parece que nunca ha hecho el trazado, o que al menos no se lo saben de memoria. Nos quejamos de los dolores y nos animamos unos a otros para seguir. Me ofrezco varias veces a dejar pasar pero nadie quiere. Eso me sube un poco el EGO y trato de acelerar, les doy indicaciones de lo que nos falta y les cojo unos metros. Parece que voy mejor, empiezo a ver gente más adelante, así que trato de alcanzarlos. Un pie, el otro, un pie, el otro, parece que no hay dolor. Les doy una voz a los que me siguen: "Aquí va a haber agua, seguro".

Llego a los Pozos de Arena, y no hay arena, sólo agua. No me lo pienso, sé que en el primero no hay un paso seguro, así que voy de frente. No hay problema, el agua hasta las medias y muy fría. Pero, lo paso sin novedad. El segundo es otra historia, tiene un paso seguro por la derecha, pero no veo el árbol que me ha servido de apoyo los últimos 14 meses, trato de adivinar donde poner el pie, y.... acierto. Pero, en el siguiente paso no tengo tanta suerte. Me resbala el pie y me deslizo hasta el fondo del pozo, tengo el agua hasta la cintura. Entre el susto, y lo fría que está el agua, mis gemelos se ponen como piedras. Tardo un segundo en reaccionar pero tiro de cuadriceps y sigo adelante. Salgo de allí bramando. JO.....EEr!!! Que frío tengo!!!


Trato de correr pero no es viable, así que, remonto lo que parece una bajada de rafting, hasta llegar al último avituallamiento. Me enjuago la boca, muerdo una naranja y sigo. Miro el reloj, me quedan 25 minutos para llegar dentro de mi tiempo. Entrenando lo he hecho de sobra, hoy..... ya veremos.

Tomo el desvío hacia la "Bajada Orugi" (segmento del Strava), los calambres han vuelto, y esta vez para quedarse. Una mujer que venia tras de mi desde Rioseco se pone a mi lado y me ofrece una gominola, para los calambres. Le doy las gracias y me vengo un poco arriba. Como conozco bien el terreno voy delante por el bosque de eucaliptos y comienzo la bajada el primero del grupo. Esto lo conozco y me gusta. Comienzo a lanzarme y llegamos a la "Calzada Romana", no queda nada para los toboganes. Pero, nada más pisar las primeras piedras, ya sé que no voy ha poder bajar corriendo.

Tengo que parar, levanto la mano y les digo a todos los que veo detrás que pasen, tengo que seguir, caminando. Se me hace eterno, pero llego al desvío hacia los toboganes. Estiro un poco los gemelos mientras felicito a la voluntaria por el trabajo realizado (Miriam). Por temor a no poder correr hago CuloSki en el primero, pero, al ver que ya no duele tanto, me lanzo a por el segundo como si no hubiera dolor. (foto). Acto seguido, el dolor vuelve a mis pierna y me hace temblar las piernas. Nuevamente CuloSki, pero esta vez ha sido sin avisar. No sé si me podré levantaaaAAAaar.


Sorprendiéndome a mi mismo, me levanto sin muchos problemas. Dejo pasar a otro corredor, que iba un poco despistado, le grito para que retome el camino y lo sigo. Me lo agradece, esperándome. Tras el último tramo de barro, ya en el hormigón, le animo a que me deje atrás lo cual hace rápidamente. Pero, tras dos curvas, quien sufre los calambres es él y lo dejo atrás mientras creo distinguir una camiseta conocida unos metros más adelante.

Acelero (lo que me dejan las piernas) y pronto consigo ponerme a su altura, es Chechu. Lo saludo y veo que en ese momento va un poco más justo que yo. Miro el reloj y veo que me quedan unos 2 kilómetros y 10 minutos para llegar en mi tiempo objetivo. Si no llevase más de 20 en las piernas, seria algo asumible, pero, para no intentarlo me quedo en casa.

Cada zancada es un dolor, paso por el lavadero de Deva con cuidado, que no estoy para florituras. Y hago la Senda de Peñafrancia lo mejor que puedo. Adelanto unos cuantos corredores y comienzo a oír al GRAN Rubén Nembra, demonizando al personal. Me sonrío, ya estoy ahí, ultimo kilómetro, cruzo la carretera y veo que ese maldito falso llano se está cobrando sus victimas. Puestos que yo gano al trote dominguero, veo el publico y eso da fuerzas a cualquiera. Fuera guantes y chubasquero, hay que lucir camiseta XIXONRUNNERS.


Encaro meta, veo a Begoña y a mi padre.

SONRIO. Esto, esto sí vale; vale el frío y el dolor.

Denominación: II Carrera de Montaña Trail de Gijón
Fecha: Domingo 28 de febrero de 2016 - 9:00
Localidad: Xixón
Organización: Team Sport Spirit
Distancia y desnivel: 25 Kms – 2.200 Acumulado
Compañeros presentes: Cefe, Isma, Franox, Chechu, Charly, Nacho, Samuel y Hugo.
Compañeros no corredores: Begoña, Campomanes y Sergi
Vencedora femenina: ANA BAIZÁN (C.D. 2007 Llanera) – 2:30:06
Vencedor masculino: PEDRO RODRÍGUEZ CUENCA (C.D. Relieve) – 1:52:52

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Texto: Hugo Gómez
Fotos: © Begoña Díaz, Alejandro Campomanes, Seandia Lens