Todo empezó con la frase, «por que no te apuntas que son solo 10 kilómetros». Después del intento fallido de correr el trail Villaviciosa-Cabranes, por suspensión del mismo al no tener suficientes participantes, quedaban pocas opciones dentro de nuestro nivel bajo-muy bajo. Hablando con Charly Bermúdez, a partir de ahora Charly (que no es el del equipo), decidimos apuntarnos a este trail, que a priori resultaba fácil por tener pocos kilómetros. Como casi siempre la concentración para este tipo de carreras es tomando unas botellinas de sidra el día anterior, para no tener sed durante la carrera.
Como único participante de los Xixón Runners-XELL, por el miedo que tienen a ser derrotados por mí, me dispongo a salir hacia Carreña de Cabrales junto con Charly. Una vez en el lugar vamos a la zona de salida a por el dorsal y la bolsa del corredor, la cual no esta nada mal, y mas teniendo en cuenta lo barato de la inscripción. Antes de la salida nos hacemos las fotos de rigor, así como la de todos los participantes, donde nos dimos cuenta que la gran mayoría iba a quedar por delante de nosotros. Allí nos explican como es el circuito que básicamente se resume en que se sube durante 7 km y sin descanso un descenso de 3 km.
Empezamos la carrera con el calentamiento habitual, ninguno. Las piernas van calentando los 2 primeros km que son un sube baja corrible, siempre con la presión de los amigos de que no me puede ganar Charly por el posterior cachondeo. Después de los kilómetros de transición empiezan unas cuestas interminables y cuando crees que no puede ser peor viene la pradera final de 2 kilómetros que parece que vas a volcar hacia atrás. Cuando por fin consigues llegar a la parte de arriba, habiendo dejado algo de energías para disfrutar de la bajada, la cual nos habían dicho que era técnica, nos encontramos con un precipicio de rocas el cual dura la mitad de la misma, siendo peor que la subida. Cuando por fin conseguimos quitarnos las piedras del camino, empieza una pradera muy cuesta en la que no se puede frenar por que ya no dan para mas los cuádriceps que pedían auxilio desde hacia mas de media hora. Cuando al fin se llega a la pista corrible faltaban unos 500 metros para la llegada a meta que estaba en el centro del pueblo de El Mazucu, siempre animado por la gente que se encontraba allí. Se puede destacar el animo que daban bastantes lugareños que se encontraban en determinados puntos del camino, así como en los avituallamientos. Se finalizó la prueba con un tiempo de 2 horas y 2 minutos. El ganador hizo 1 hora y 8 minutos, después de volar durante todo el camino y sin saber como se puede bajar a esas velocidades por esos precipicios. Como anécdota puedo decir que los amigos seguirán esperando a otra carrera a poder reírse, ya que quedé por delante de Charly aunque solo fuera por 2 minutos y medio.
Cuando acabó todo se dieron los premios a los ganadores de las distintas categorías y luego se iba a celebrar en lo que de verdad se nos da mejor que a nadie, LA ESPICHA. Ahí si que entramos los primeros. Había un montón de comida y bebida puesta en varias mesas y cuando pensábamos que ya no podía haber mas, sacaron fabada, arroz con leche y tarta, estando todo de lujo.
Para finalizar puedo decir que, a pesar de sufrir mas de lo esperado, es una carrera muy recomendable para los que quieran disfrutar de un paisaje inigualable, una organización de lujo y unos lugareños que te hacen sentir como en casa, y todo por un módico precio. MUCHAS GRACIAS A LA ORGANIZACIÓN.
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Texto: Samuel Gurriato
Fotos: © Marisol Azcárate & © José Daniel Feito Suárez
